“La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas. Todos los artistas verdaderos, lo sepan o no, crean desde un lugar de no-mente, de quietud interior.” ~ Eckhart Tolle

Hace un tiempo decidí tomar una necesaria pausa de mi blog. Recientemente un estudiante me hizo una importante pregunta: ¿Cómo se puede tocar sin pensar? Su pregunta me hizo darme cuenta que era hora de volver a escribir. Así que hoy regreso al blog con mi respuesta. Para tocar sin pensar necesitas varias cosas:

VOLUNTAD

Lo primero que necesitas para tocar sin pensar es VOLUNTAD porque tocar sin pensar es elegir un camino, una visión, una filosofía, una manera de ser, pensar, sentir y actuar. Si de verdad quieres tocar sin pensar tienes que escoger. No puedes tocar pensando y sin pensar a la vez. O haces una cosa o la otra. Y escoger también significa renunciar a ciertas cosas como por ejemplo el ego, el orgullo y la seguridad.

Una vez escoges este camino lo primero que tienes que hacer es trabajar con tu interior (espíritu + mente). Ese es sin duda para mí el trabajo más importante que debe hacer un músico: fortalecerse por dentro de manera que sepa manejar el miedo, la inseguridad, el ego, el perfeccionismo, la envidia, la vagancia, el desánimo y todos los otros obstáculos que no te permiten ser el músico que podrías ser ni tocar la música que podrías tocar. Por mucho que sepas, por más diplomas que obtengas y por más bien que toques, si no has trabajado por dentro cuatro cosas sucederán:

  1. No vas a gozar a plenitud mientras tocas.
  2. Vas a tocar pensando.
  3. El duende no te visitará.
  4. La magia no será posible.

Empieza a entrenarte por dentro lo antes posible. No te arrepentirás sino todo lo contrario. Estoy segura que al igual que yo, vas a poder sentir y escuchar la diferencia. Una de las muchas maneras en las que puedes trabajar por dentro es leyendo. Te recomiendo libros como:

  • El Camino del Artista de Julia Cameron
  • El Poder del Ahora de Eckhart Tolle
  • Effortless Mastery de Kenny Werner
  • Art & Fear de David Bayles y Ted Orland
  • Zen Guitar de Philip Toshio Sudo

Human head cardboard silhouette with torn holes shaped like a question mark.

HUMILDAD

Para tocar sin pensar tienes que ser HUMILDE. El querer tocar cosas para impresionar, o sea, cosas que todavía no dominas, es precisamente lo que te hace tocar pensando. Si realmente quieres tocar sin pensar debes tocar solo lo que te sale natural y sin esfuerzo. Si ahora mismo lo único que puedes tocar sin pensar es, por ejemplo, improvisar en uno o dos acordes, pues ¿qué más da? Ahí es donde estás. Esa es tu realidad por ahora. Mañana será diferente. Algún día podrás improvisar en 3, 4 o 5 acordes sin pensar. Algún día podrás tocar en 5/4 o 7/8 sin pensar. Pero en lo que ese día llega, si realmente quieres tocar sin pensar, tienes que ser humilde y mantenerte tocando lo que ya dominas mientras por otro lado sigues practicando lo que no dominas.

Me refiero a practicar con la confianza de que algún día, como ha sucedido antes, dominarás lo que ahora se te hace difícil. Practicar significa pasar tiempo haciendo aquello que no sabes hacer todavía para que algún día puedas hacerlo sin esfuerzo. Pero pasar tiempo haciendo lo que no sabes hacer es incómodo. Nos hace sentir torpes. A nadie le gusta sonar mal. No obstante, el que no está dispuesto a sonar mal por un tiempo, pierde su capacidad de seguir creciendo. Nunca olvides que lo que ahora tocas con facilidad fue difícil alguna vez. La realidad es que en la música, si no estás dispuesto a volver a ser principiante, te estancas porque siempre habrá algo difícil esperándote a la vuelta de la esquina. Una vida no da para aprender todo lo que se puede aprender sobre música.

Tratar de negar tu realidad y pretender engañarte a ti mismo y a otros es inútil. Lo único que vas a conseguir con eso es tocar pensando, que es lo mismo que matar el gozo, ahuyentar el duende y apagar la magia. Si quieres tocar sin pensar, si quieres volver a sentir el gozo, si quieres que el duende te visite y que la magia suceda tienes que tener la humildad suficiente como para admitirte a ti mismo y a los demás por dónde realmente vas en tu camino. Si de verdad quieres tocar sin pensar, atrévete a tocar solo lo que realmente dominas. ¿Y cómo sabes si ya dominas algo? Pues la respuesta es bastante lógica. Dominas algo cuando lo puedes tocar sin pensar.

PACIENCIA

Tocar sin pensar requiere PACIENCIA. Tratar de aprender demasiadas cosas a la vez y demasiado rápido (una de esas terribles epidemias modernas) es el camino seguro a tocar pensando. La prisa es el camino que te lleva a saber un poquito de muchas cosas. El que va por ese camino nunca logra experimentar lo que es llegar al nivel de la maestría. Tocar sin pensar es el camino contrario. Es saber mucho de una cosa y desde esa cosa saber de mil cosas más porque comprendes que todas las cosas al final están conectadas.

Lo que te lleva a tocar sin pensar no es la cantidad de material que “aprendas” sino la calidad de ese aprendizaje. Y la calidad, lo quieras o no, toma tiempo. Tampoco puedes tener prisa a la hora de introducir lo que estás practicando en tu música. El hecho de introducirlo antes de tiempo es lo que te obliga a tocar pensando. Así que ten la paciencia de practicar algo hasta que lo puedas tocar sin pensar. Y deja que ese algo penetre tu música por sí mismo. No lo llames a propósito. Confía. Permite que todo suceda cuando tenga que suceder.

VALENTIA

Tocar sin pensar requiere mucha más VALENTÍA que tocar pensando. El que toca pensando está buscando comodidad y seguridad. El que toca pensando está valiéndose del salvavidas, el paracaídas, el chaleco contra balas o cualquier cosa que lo proteja ya sean reglas, patrones, fórmulas o conceptos fabricados por otros. Para tocar sin pensar tienes que ser VALIENTE porque tocar sin pensar requiere que te arriesgues. El que se arriesga de verdad está dispuesto a equivocarse y hasta a hacer el ridículo. No hay otra manera de hacerlo. El que toca sin pensar tiene que volverse vulnerable voluntariamente y atreverse a exponerse tal cual es ante el mundo. Tocar sin pensar significa estar dispuesto a navegar la incertidumbre, lanzarse al vacío sin garantías y entregarlo todo sin importar las consecuencias. En esencia, tocar sin pensar significa que para ti la música es más importante que tú mismo.

HONESTIDAD

Para tocar sin pensar hay que ser HONESTO. Ser honesto contigo y con los demás es saber reconocer la diferencia entre cuando estás tocando para impresionar a otros, cuando usas la música para probar lo que vales, cuando persigues el aplauso fácil, cuando buscas la seguridad que te brindan las reglas, los patrones y las fórmulas y cuando realmente estás soltando, confiando, fluyendo y permitiendo que la música te guíe sin importar a dónde te lleve.

La bola está en tu cancha. Te toca escoger. ¿Qué decides?

© Copyright 2016 Brenda Hopkins Miranda Todos los derechos reservados

icon-suscribete