“Everyone wants to live on top of the mountain but all the happiness and growth occurs while you’re climbing it.” ~ Andy Rooney
Llevo tres días cargados de intensas aventuras. El jueves, viernes y sábado pasado viví experiencias completamente diferentes mas sin embargo, todas tenían algo en común: la invitación a entrar por esa puerta que me lleva a mi lugar favorito: “la zona de peligro”. El que la llave de esa puerta me acompañe a todas partes desde hace un tiempo es el gozo más increíble, espectacular y maravilloso que jamás pude haber deseado sentir.
¿Y cómo es una visita a la “zona de peligro”? Aventura. Libertad. Fuerza. Coraje. Osadía. Riesgo. Pasión. Entrega. Descubrimiento. Soltura. Magia. Duende. Una lluvia de sonrisas cae sobre mi cara mientras observo cómo mis manos se lanzan al vacío. El placer de mirar a mis dedos bailando, saltando y volando. A veces parece que esas manos no son mías o que esos dedos no los muevo yo. A veces parece que estoy soñando. Luego de cada visita siempre me tomo un momento para ejercer la GRATITUD y reflexionar…
¿Y cómo llegué hasta aquí? ¿Practicando escalas y arpeggios? ¿Trabajando bien duro para desarrollar técnica y rapidez? ¿Aprendiendo reglas y fórmulas? ¿Repitiendo patrones una y otra vez? ¿Transcribiendo y copiando las ideas de otros? ¿Obteniendo un bachillerato, una maestría o un doctorado? ¿Ganando algún premio? La respuesta es: ninguna de las anteriores.
Lo cierto es que cuando estoy componiendo, tocando o improvisando, uso muy poco de todo eso. Confieso que vivo la música de otra manera. Para empezar casi nunca hablo de ella. Y cuando la escucho, no la analizo ni trato de descifrarla. Y para colmo yo no practico, no en el sentido tradicional de la palabra. Para mí “practicar” es hacer todas esas cosas que sirven para llenar el tanque de la inspiración. Cuando voy al piano no lo hago para tratar de ser mejor pianista. (esto lo trabajo invirtiendo mi tiempo en cosas que me hagan mejor persona) Cuando visito el piano, lo hago para jugar, descubrir y crear.
La lección más importante, lo que más me ha ayudado a desarrollarme, lo que me ha permitido ser la artista que soy hoy (que no es la misma que fui ayer o que seré mañana), eso que me ha traído hasta aquí tiene muy poco que ver con música. He aprendido más sobre música del teatro, el cine, la danza, la pintura, el dibujo, la fotografía, la escultura, la arquitectura, la poesía y la literatura que de la música misma. He aprendido más sobre música leyendo una frase en un libro, teniendo una conversación, escribiendo mis pensamientos, meditando, pintando, dibujando, caminando, paseando mis perros, jugando con mis sobrinos, viajando y viviendo que de la música misma.
Es que para mí este camino nunca tuvo que ver con convertirme en la pianista ideal. Esto nunca se trató de competir para ser la número uno, la mejor o la más dura. Mi misión siempre ha sido otra: atreverme a ser yo.
“Find out who you are and do it on purpose.” ~
Y es que por más que intentemos convertirnos en ese músico “ideal”, por más que queramos sonar como ese que tanto admiramos, siempre terminaremos sonando a intento. Y un intento suena mucho más pequeño que lo que es real y auténtico. Solo cuando nos atrevemos a ser quienes en realidad somos es que llegamos a sonar GRANDES.
“No one is you and that is your power.” ~ Anonymous
Debe ser por eso que estas palabras llegaron a mí justo a tiempo (cuando comenzaba mis estudios en New England Conservatory): “Para ser como los demás hace falta mucha práctica y disciplina. Para ser uno mismo solo hace falta valor.” Desde entonces han guiado cada uno de mis pasos. Me ayudaron a darme cuenta de que para lograr mi meta tenía que liberarme = remover los obstáculos que me impedían ser yo. Hablo de obstáculos como el miedo, la duda, la inseguridad, la ansiedad, la prisa, el perfeccionismo, el ego, el orgullo, la arrogancia, la adicción a la aprobación y el “qué dirán”.
¿Y cómo se hace eso? Pues se hace con aceptación. Es la única manera. No hay liberación sin ella. Si quieres liberarte, o te aceptas, o te aceptas. Y es que por más que luches, protestes y pelees seguirás siendo quien eres.
“You are you. Now, isn’t that pleasant?” ~ Dr. Seuss
Pero aceptarse asusta porque por alguna razón estamos convencidos de que no somos suficientes. El asunto es que querer ser el mejor no tiene nada que ver con aportar belleza al mundo. Querer ser el mejor solo tiene que ver con alimentar nuestro insaciable ego. El mundo no necesita que seamos los mejores. Ni siquiera necesita que seamos suficientes. El mundo solo necesita eso que tenemos dentro y que solo nosotros podemos compartir.
“By being yourself, you put something beautiful into the world that was not there before.” ~ Edwin Elliot
¿Cómo llegué hasta aquí? Llegué regresando al principio. Llegué conociéndome. Llegué aceptándome. Llegué removiendo los obstáculos. Llegué liberándome. Llegué atreviéndome. Llegué arriesgándome. Llegué confiando. Llegué expresándome. En resumen: Llegué viajando hacia dentro. Esta es la verdad o por lo menos mi verdad. Ojalá estas palabras te inspiren a atreverte a llegar hasta tu AQUÍ.
“What lies behind us and what lies before us are small matters compared to what lies within us. And when we bring what is within us out into the world, miracles happen.” ~ Henry Stanley Haskins