CONSAGRADA DIVA DEL PIANO

Por: Mara Clemente  5/22/2015

Para: Guayciba

Brenda Hopkins ofrece fabulosa presentación “Aeropiano” a beneficio del Museo de Arte de Puerto Rico.

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Brenda Hopkins consolida su fiel fanaticada en el concierto que diera a beneficio del Museo de Arte de Puerto Rico en Santurce el pasado jueves 21 de mayo. La talentosa y multifacética artista ofreció a sus asistentes un desfile de música del mundo en una celebración de auténtica amistad con aquellos que la han acompañado de cerca en su crecimiento profesional.

Previo al concierto, se mostraron en tarima una serie de diapositivas con bellas imágenes y pensamientos de Brenda Hopkins como “en la música prefiero viajar sin mapa”. Previo a dar inicio el concierto, y ante una sala absolutamente llena, la gerente de ventas especiales, Natalia Subirá, tomó el micrófono para iniciar el espectáculo con una advertencia: “La verdad que ella es una estrella y el evento que van a ver está imponente”.  Luego añadió con cierta timidez: “Vivimos en una época financiera un poco extraña, por aquello de seguir viendo las cosas positivamente, pero con esfuerzos como la alianza intercomunitaria Una Sola Voz podemos lograr llevar un mensaje más efectivo en los foros necesarios.” Esto en obvia referencia a la crisis fiscal que atraviesa la Isla.

Y sin más, el grupo Tambores Calientes, al mando de Marco Tortolo Peñaloza, tomó control del escenario marcando el ritmo de lo que sería una noche de buenas vibras y más profundas emociones. Las canciones de este concierto “Aeropiano” (2014) se tocaron en el mismo orden del CD, así que aquellos que habrían adquirido la producción allí mismo, se divertían siguiendo las canciones del menú, a la vez que la bella Brenda los deleitaba reinterpretando su propia música.

Brenda incluyó un precioso medley de “canciones patria” incluyendo un breve dejo de nuestro himno puertorriqueño. Sus movimientos de tonos más sobrios a otros más movidos calaron en la audiencia que permaneció hipnotizada pegada a sus asientos a la vez que pedían otra, y el espectáculo apenas comenzaba.  Este era el número que le da nombre a su CD y al espectáculo, Aeropiano, un festival en el que cada artista tomó posesión y se lució con sus instrumentos, en especial el guitarrista, Gilberto Alomar, un verdadero Jimi Hendrix  boricua, que dio un despliegue de verdadero éxtasis en la guitarra eléctrica, en particular en los números finales del espectáculo.

“La música es mi forma favorita de abrazar. Si ustedes ven que cierro los ojos, es que pienso que con la música los estoy abrazando. ¿Nos abrazamos?”, dijo Brenda para interpretar la bella melodía “El Puente de los Abrazos”.  Un acallado toque de tambores gracias a Tambores Calientes enmarcó esta melodía en ritmo estructurado.  “Esto es mucha improvisación, así que yo no sé lo que va a salir de aquí”, dijo la Hopkins en otro aparte con el público que aclamaba entusiasmado tras cada una de sus piezas instrumentales.
“¿Qué es la libertad?”, preguntó a la multitud la doctora en Musicología de la Universidad de Granada en España, cuya música es descrita como “espiritual, esperanzadora e incisiva”, según su página cibernética.  El evento se transformó en un mundo a la fantasía de la creatividad, en donde los niños juegan con sus musas sin importar las consecuencias. Tal fue el espíritu que permeó cuando Brenda Hopkins  invitara al escenario a dos de sus más grandes amigas: Jeanne  D”Ark en el baile y Ana del Rocío en el canto. Hasta que llegó Ana del Rocío al micrófono, el sonido se escuchaba inseguro, los instrumentos no se apreciaban definidos. Pero Alma abrió su garganta y se acabaron los problemas técnicos.  Luciendo un traje largo color rojo al estilo de las Sevillanas, Ana sorprendió a los presentes con su interpretación de “Alma Libre”, mientras Jeanne D” Ark  interpretaba a ambas melodía y canto, en las siluetas que con su cuerpo dibujara en escena. Un hermoso juego de infantiles musas que se recrean en su propio arte y bendiciendo a los presentes a cada paso de su musa.

Antes de interpretar “Corozaleando”, la Hopkins detalló sobre los recuerdos de su infancia y “los catorce primos que se encontraban cada domingo”.  Este número hipnotizó con su aire de bossa nova y sus pausas inesperadas, como evocando las curvas y las cuestas camino a Corozal. Su último movimiento evidencia que sin lugar a dudas los primos “se quedaban con el pueblo de Corozal”.

“¿Ustedes saben cuando tienes esa pareja que te busca agua o te busca comida sin que tú se la pidas? Esos son estos dos seres para mí”, dijo en referencia al baterista Héctor Matos y al bajista Eddie Sierra quienes la acompañaron en el número “Westland Ave.”

“El arte es nuestro producto nacional”, fue una de las tantas importantes expresiones de Brenda durante esta presentación. Así como en las postrimerías del evento difícil evitó su voz entrecortada al referirse a la pérdida física de la cantante Ivania, quien perdiera la vida a manos de un conductor negligente que a esta fecha no ha sido procesado conforme a la ley.

Instrumentos musicales poco tradicionales también compartieron la tarima con Brenda. Un tierno momento surgió cuando le envió un saludo a sus estudiantes de la Universidad Interamericana diciéndoles: “Les repito que mi sueño es ser yo la que están donde están ustedes y que sean ustedes los que estén aquí arriba”.

Al finalizar el concierto, Brenda Hopkins compartió con su público y tuvo a bien dedicar el CD que estuviera disponible durante el intermedio.  El show terminó ovación de pie y multitudinaria para Brenda Hopkins y su excelente compañía de músicos y artistas que incluyeron a su hermano Harold y por supuesto a los cueros de Tambores Calientes.

Para: www.guay-ciba.com