“Background does matter.” ~ Junaid Raza
Todos los días, millones de personas “conectan” con el mundo a través del Internet. Y en ese “conectar” se tropiezan con una gran abundancia de fotos y vídeos de conciertos. Yo también me tropiezo con ellos. De hecho, había empezado a escribir sobre otro tema y fue uno de esos tropiezos lo que me motivó a hablar sobre esto. Algunos son míos, otros son de músicos que conozco, de artistas que admiro o desconocidos. Siempre he pensado que estas imágenes guardan una información muy valiosa. Es cuestión de mirar lo que hay que mirar. Con la mirada despierta es posible encontrar en ellas las respuestas a importantes interrogantes como por ejemplo: ¿cómo lo estamos haciendo?
La mirada dormida es la tipo selfie. Es cuando nos enfocamos en vernos y escucharnos a nosotros mismos. ¿Toqué bien? ¿Fue suficientemente complicado? ¿Cometí muchos “errores”? ¿Me mantuve conectada con el pulso o groove? ¿Fui expresiva? ¿Hice muchas muecas? (en mi caso la respuesta a esta pregunta es siempre sí jajajaja). La otra es la mirada obvia, la que mira y escucha a los músicos. ¿Se botaron? ¿Dejaron la peste? ¿Le quedó brutal el solo al guitarrista, el saxofonista o el baterista? ¿Fue demasiado largo o demasiado corto el solo? ¿Hubo comunicación y química entre ellos? En fin, hay muchas preguntas que la mirada obvia puede contestar, pero no es eso de lo que quiero hablar hoy.
Hoy quiero hablarte de la mirada despierta, esa, la que en mi opinión es la única que puede decirte si estás cumpliendo tu misión, tu propósito, tu porqué y para qué haces música. Hoy quiero hablarte sobre un importante y valioso método para evaluar cómo lo estás haciendo.
¿A qué método me refiero? Me refiero a que en vez de mirarte a ti mismo y escucharte procures observar la imagen de fondo o lo que se conoce por ahí como el background. Ahí están las contestaciones a preguntas muy importantes como por ejemplo: ¿Cuántas personas fueron al concierto? ¿Qué tipo de personas eran? ¿Eran músicos, maestros, críticos, amigos y familiares, público general? ¿Qué estaban haciendo mientras los músicos tocaban? ¿Qué expresión tenían? ¿Cuál era la energía? ¿Cómo era el ambiente?
Existen muchos porqués y para qués. Ninguno es mejor que otro. Lo digo en serio. Si tu meta es hacer dinero pues bien por ti. Y si lo que quieres es hacerte famoso pues que para bien sea. Cada cual tiene derecho a escoger su propósito. Aquí tienes varios ejemplos de razones para hacer música:
Gozar
Inspirar
Alegrar
Consolar
Transformar
Impresionar
Ser admirado
Complacer
Asombrar
Entretener o divertir
Poner a la gente a bailar
Celebrar
Adorar a Dios
Curar o sanar
Cambiar el mundo
Expresar
Contar una historia
Crear y compartir belleza
Ser famoso
Ganar dinero
Si no sabes cuál escoger te recuerdo las palabras de Frederick Buechner: “Purpose is the place where your deep gladness meets the world’s needs.” El asunto es que si realmente quieres vivir el camino de la música, es fundamental que aclares tu porqué. Como dijo Mark Twain: “The two most important days in life are the day you born and the day you discover the reason why.”
Tu porqué es el lugar al cual vas a regresar cada vez que vengan las dudas, el desánimo, cansancio o frustración. Allí es que vas a alimentar tu fuerza de voluntad para continuar. Allí es que vas a recuperar el entusiasmo. Allí es que vas a ir a llenar el tanque. Allí es que vas a aprender el arte de la perseverancia.
Una vez hayas definido el porqué lo próximo es tener maneras de enterarte sobre si lo estás cumpliendo o no. Debes saber si realmente estás progresando. Es la única manera de poder hacer los cambios y ajustes que sean necesarios. Un método para saberlo es lo que yo llamo la mirada despierta. El método es muy sencillo. Busca ahora mismo vídeos y fotos tuyos. Deja de mirarte y escucharte a ti mismo aunque sea por un momento y pon tu atención en la imagen de fondo. Observa con la mirada despierta esa imagen. Atrévete a descubrir la verdad sobre el efecto que tu música está teniendo en otros.
La imagen de fondo te va a decir si le estás hablando a la gente que le quieres hablar. ¿Quiénes estaba allí? ¿Qué hacían? ¿Gritaban, aplaudían, bailaban o te ignoraban? ¿Te estaban escuchando o estaban hablando? ¿Quiénes estaban gozando más, tú, los músicos que tocaban contigo, la audiencia o todos por igual? ¿Al final del concierto notaste si cambió algo en la gente o el ambiente?
Sí, es verdad, hay personas que no importa lo que hagas no van a tener ni la sensibilidad ni la educación para escuchar. También es verdad que hay músicas para todos los gustos. Seguramente la tuya no le va a gustar a algunas personas no importa lo que hagas. Sin embargo, no se trata de mirar hacia fuera, buscar explicaciones, excusas o justificaciones.
La meta es, primero, ver lo que realmente está sucediendo, o sea, ¿cuál es el efecto que está teniendo tu música? y, segundo, mirar hacia dentro y preguntarte: ¿Estás cumpliendo con tu propósito? ¿Estás teniendo el efecto que quieres tener en las personas que quieres tenerlo? Si la imagen de fondo te confirma que es así esto debe ser motivo de gran alegría. Celébralo con gozo y sobre todo con gratitud y humildad. Como dijo George Bernard Shaw: “This is the true joy of life, the being used up for a purpose recognized by yourself as a mighty one.”
Y si lo que te revela la imagen de fondo es que no estás cumpliendo con tu propósito esto no debe ser motivo para desanimarte o frustrarte. Como dijo el gran Thomas A. Edison: “I have not failed. I’ve just found 10,000 ways that won’t work.” Saber la verdad no te va a hacer daño sino todo lo contrario. Saber la verdad es siempre una oportunidad. Si el resultado no fue el que esperabas te invito a que trates de contestar con toda honestidad la siguiente pregunta: ¿Has hecho todo lo posible para llegar a los que quieres llegar con tu música? Acto seguido, investiga si aún te quedan cosas por hacer y hazlas. Con solo hacer el intento vas a salir ganando.
Es cierto. Es imposible cambiar a otros, pero hay alguien a quien sí puedes cambiar: a ti mismo. Puedes seguir creciendo y aprendiendo nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. Crecer y aprender es lo mejor que te puede pasar, pero para crecer y aprender hay que atreverse a mirar la realidad con honestidad y humildad.
La próxima vez que tengas un concierto asegúrate de que se tomen fotos y vídeos del público también. Si quieres saber la verdad, si quieres saber cómo lo estás haciendo, si quieres averiguar si lo que haces y cómo lo haces te acerca o te aleja de tus metas, si quieres seguir creciendo y aprendiendo tienes que atreverte a mantener la mirada despierta, esa, la que mira más allá de ti mismo.
© 2016 Brenda Hopkins Miranda Todos los derechos reservados
Uuuffff. Tan atinada como de costumbre, Brendalí.